Para Blanco Abogados, el trabajo pro bono es una manera de mantener los pies en la tierra y mirar de frente las distintas realidades sociales y económicas del país. Nos permite escuchar, comprender y aportar soluciones jurídicas donde más se necesitan. Por eso, lo concebimos como una pieza esencial de la formación continua: ejercita el criterio, la empatía y el sentido de responsabilidad pública que debe acompañar a toda buena práctica profesional.

Más allá de ser parte de Fundación Pro Bono, en Blanco Abogados integramos el voluntariado legal a la cultura del estudio. Promovemos que cada abogado aporte tiempo y conocimiento en causas de interés público, y que ese aprendizaje vuelva a nuestra práctica diaria en forma de mejores estándares de servicio, cercanía y rigor. Creemos que la excelencia técnica y el compromiso social no compiten: se refuerzan mutuamente.

Nuestra participación en la Fundación Pro Bono responde, además, a una historia personal y profesional de larga data. Hemos estado vinculados a su labor en distintos momentos, capacidades y roles; esta participación expresa la continuidad natural de ese vínculo. Lo hacemos con gusto y con profunda admiración por el impacto que generan y el profesionalismo con que lo llevan adelante.